Efren Martinez - "No Buscamos La Solución, Solo Cubrimos Los Síntomas"
02 de oct de 2024
En el episodio de hoy de 'Los Hombres Sí Lloran', Juan Pablo Raba, junto con Celia, nos invita a un espacio seguro donde se explora la importancia de la salud mental, especialmente en los hombres. Se aborda la experiencia personal del presentador con su crisis de mediana edad y el impacto en su bienestar emocional. Cada semana, el programa se dedica a romper estigmas y ofrece entrevistas con expertos en el tema.
Capítulos
Introducción a la salud mental masculina
En este capítulo, Juan Pablo Raba introduce la temática del podcast, centrada en la salud mental masculina y su importancia. Se resalta la falta de conversación sobre el tema y la necesidad de romper estigmas para crear un espacio seguro para los hombres que luchan con problemas de salud emocional.
Efren y su trayectoria en psicología y tecnología emocional
Efren comparte su extenso recorrido en el campo de la psicología, desde el manejo de clínicas de salud mental hasta la creación de plataformas tecnológicas que ayudan a las personas en su bienestar emocional. Explica su enfoque hacia la difusión de estas herramientas a través de podcasts, conferencias y escritos dirigidos al gran público.
El viaje personal de Efren en la lucha contra la adicción
Efren narra su experiencia personal con las drogas desde muy joven y su camino hacia la recuperación. Revela momentos difíciles y cómo los enfrentó, como cuando a los 18 años tuvo que pedir ayuda a sus padres para superar su adicción. Esta experiencia le llevó a decidir estudiar psicología y dedicarse a mejorar las metodologías de tratamiento para la adicción.
Reflexiones sobre la salud mental en hombres
Se discute la importancia de hablar sobre salud mental en hombres, destacando que ellos tienden a buscar menos ayuda en comparación con las mujeres. Efren explica cómo las experiencias de vida, aunque aparentemente exitosas, pueden esconder problemas de salud mental que luego se manifiestan en conductas autodestructivas.
Accesibilidad de la salud mental y herramientas prácticas
El capítulo aborda las dificultades de acceso a la terapia psicológica, especialmente para personas de bajos recursos. Se ofrecen recomendaciones prácticas para mejorar el bienestar emocional, como el ejercicio, la meditación y una dieta balanceada. Además, Efren explica cómo su organización busca ofrecer contenido y herramientas accesibles para ayudar a la gente a cuidar de su salud mental.
Conclusión
El episodio concluye reafirmando la necesidad de crear conciencia sobre la salud mental en los hombres y ofreciendo soluciones prácticas para mejorar el bienestar emocional. Juan Pablo Raba y Efren subrayan la importancia de buscar ayuda y romper con los estigmas que rodean el tema. Celia, como plataforma, se presenta como un apoyo esencial, ofreciendo recursos y profesionales calificados para guiar a las personas en su camino hacia una mejor salud mental.
Menciones
Hola, soy Juan Pablo Raba y junto a Celia, plataforma líder en Latinoamérica para el cuidado de la salud mental y el bienestar emocional, te damos la bienvenida a Los Hombres Si Lloran. Este es un espacio seguro dedicado a explorar un tema crucial y a menudo pasado por alto, la salud mental, mientras rompemos con los estigmas y estereotipos que la rodean. Acompáñame en este viaje personal mientras yo navego por una crisis de mediana edad y comparto el impacto que ha tenido en mi bienestar emocional Junto a Celia, cada miércoles traeremos conversaciones sinceras con amigos extraordinarios y entrevistas con expertos que nos ofrecerán consejos prácticos para profundizar en las complejidades de la salud mental y la importancia de levantar la mano y buscar ayuda Los hombres y llora, donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza Pues pega, pega un poco pero pero ahí se ha venido asombrando cuando estoy trato de estar Los hombres y llora, donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza. Pues pega, pega un poco, pero ahí se ha venido desombrando. Cuando estoy, trato de estar. Claro. Y estoy conectado todos los días. Salimos mucho, viajamos mucho. ¿Sí? Sí, pero pega igual. Es mucho tiempo. Es un montón de tiempo. Yo me los llevo mucho con... Bueno, más que mis proyectos son diferentes. Cuando, por ejemplo, ahora estaba en Bilbao filmando, tres semanas, me los llevo conmigo tres semanas. Porque estaban en vacaciones. ¿Para qué tal? Pero hemos tenido momentos en los que nos hemos ido a mitad de año en un sitio. Entonces, cuando llegamos a Colombia ahora otra vez, nos fuimos a mitad de año. Febrero, arrancamos, levantamos casa en Los Ángeles y íbamos para acá. Y ha sido... Ya, pues... Pues sí, y yo me he dado cuenta con... Pues es que mi vida fue muy poco parecida, pero yo lo que veo con los míos es que todo lo que es muy bueno tiene también su parte negativa. Todos los superpoderes tienen también como su... Me hacen, como digo yo, es como el Inception Story de un villano. Y en los míos yo veo el poder de la adaptación. Yo siempre digo a mi hijo, tu superpoder es la adaptación. Pero también le veo el desarraigo. Y es que nosotros vamos de un sitio y nos fuimos. Los vínculos son distintos. Quedan los amiguitos de él, quedan como así, como que te vas, pero que te vas para dónde. Y mi hijo es como, me voy y se fue. Y es como que lo tiene ya. Es una mecánica que tiene ya como muy clara. Y simplemente el mensaje es como, una casa son ladrillos, un hogar somos nosotros. Nos ha tocado así, porque es que no sabemos. No sabemos. Si a mí me llaman para una serie, con las películas es más fácil porque suelen ser más cortas, pero si me llaman para una serie seis, siete, ocho meses en Canadá, como nos pasó, nos tenemos que ir, porque yo no puedo estar seis, siete meses sin ellos y viceversa. Efren, muchísimas gracias por estar acá con nosotros. Sé que estás muy, muy ocupado y que sacaste un tiempo precioso para venir acá. Y ya por ahí estaré eternamente agradecido contigo. No, gracias por la invitación. La verdad es que me pareció, o me parece parece muy valioso desde como se llama este lugar. ¿Ah, sí? Sí. Sí, sí, sí. El mundo necesita, nosotros, especialmente los hombres, necesitamos más permiso. Más permiso, me gusta eso. Darnos y dar. Y que nos den. Y que nos den. Que no nos miren como huevitas si nos flaqueamos ay mucho neno podrías hacernos un breve resumen porque sé que tu carrera es muy extensa nos podrías hacer para los que no te conocen un breve resumen de a qué te dedicas esa es una pregunta bien difícil porque yo estoy en muchas cosas para los que no te conocen, un breve resumen de a qué te dedicas. Uy, esa es una pregunta bien difícil porque yo estoy en muchas cosas. Yo dirijo un par de organizaciones que están en muchos sectores de la psicología. Desde clínicas de salud mental con hospitalización, que tenemos dos a las afueras de Bogotá, con programas muy fuertes, sobre todo de adicciones, plataformas tecnológicas de atención en línea para muchas cosas, programas en escuelas en varios países de Latinoamérica, en temas de prevención de salud mental, de problemas de salud mental. Estoy muy metido en tecnología psicológica, desde generación de chats con inteligencia artificial para que tú puedas conversar a la una de la mañana si no puedes dormir y tener ahí un feedback cuando no puedes esperar 15 días a que te atienda alguien sino ya. Y estoy sobre todo en mucha difusión a través del podcast a propósito, el podcast El Rincón de los Errores. O sea, tienes dos podcasts. Sí, uno que tiene de base México, que se llama El Rincón de los Errores. O sea, tienes dos podcasts. Sí, uno que tiene de base México, que se llama El Rincón de los Errores porque es un espacio de vulnerabilidad con la intención que la gente vea gente exitosa y no crea que fue que se lo ganó en una rifa, sino que también se han raspado, también se han caído y que lo luminoso también tiene lo oscuro, y ese ha tomado mucha fuerza, mucha, mucha fuerza. Eso es especialmente con actores y actrices mexicanos. Y Ad Propositum, que es un podcast de audio, que estoy solamente yo, aunque ahora se convirtió también en video, sale en unos días, que es más de reflexiones existenciales y de temas puntuales y prácticos. Mucha difusión. Claro que eso es reciente. Yo venía de la academia y en la academia pasar a la difusión es como prostituirse. Ah, sí. Te miran así. No, eso es algo como de quinta categoría. ¿De verdad? No es tan bien visto. ¿Por qué? Yo creo que asusta perder rigurosidad, perder rigidez. Pero mis primeros libros que eran académicos, yo tengo, mi libro más importante es un libro de trastornos de la personalidad. Y si se lo han leído 4 mil psicólogos y psiquiatras, es mucho. En cambio, los que escribo del 2020 para acá, se lo han leído miles de personas, los que venden en supermercados. Y hace mucho más bien, masivamente, que otros textos que están limitados como para ámbitos académicos. Por suerte no me he ido tan mal, y no es que sea tan criticado en los medios académicos. De hecho no me voy del todo, todavía a veces publico algún artículo, todavía hago cositas, pero sí estoy muy metido ahora después de la pandemia en hablar en un lenguaje que la gente entienda. ¿Pero eres psicólogo? Yo soy psicólogo. En esa disciplina muy chiquito me especialicé en adicciones. Después hice un doctorado en psicología en una línea de pensamiento que era la de un psiquiatra que se llamaba Víctor Frankel. De hecho, una de mis organizaciones es la organización líder en el mundo de habla hispana de los temas de sentido de vida, de propósito. de los temas de sentido de vida, de propósito, investigamos en sentido de vida, lo aplicamos, hacemos pruebas de evaluación, tenemos un centro de entrenamiento, tenemos maestría en psicología clínica, desde una perspectiva existencial. Y después del doctorado, todos los frentes que tenemos empezaron a crecer tanto. Nosotros nos convertimos en el grupo psicológico privado más grande del mundo de habla hispana fácil en este momento. Entonces me metí a hacer una maestría en recursos humanos y después un MBA porque no sabía qué hacer con todo lo que estaba pasando. ¿En qué momento sacas tiempo de hacer todo eso? Es que me aburro fácil. Eso creo que te había entrevistado hace poco es que me aburro fácil así es empiezas con, te especializas en temas de adicciones si ¿por qué? ¿por qué empiezas por ahí? yo estudiaba ingeniería química en la universidad nacional creo que vamos a necesitar los primeros dos años yo estudiaba ingeniería química porque yo he hablado de esto algunas veces yo tuve un problema de drogas muy grave Los primeros dos años. Yo estudié ingeniería química, porque yo he hablado de esto algunas veces, yo tuve un problema de drogas muy grave, muy grave, entre los 12 y los 18. ¿12? 12 y los 18. A los 12 años me comí mi primer porro. Y a los 18 yo decido estudiar ingeniería química. Miren la locura, ¿no? porque para mí las drogas eran tan buenas que yo quería hacer unas drogas que no hicieran daño. Entonces yo digo, voy a volver a ingerir lo químico, porque de esa forma logro compartir este placer con todo el mundo sin que se hagan daño. Así estaba la locura. sin que se hagan daño. Así estaba la locura. Pero a los 12 años del primer porro, a escondidas, o sea, obviamente pues lo que me quieras compartir simplemente me llama la atención porque pues es muy joven. ¿Lo habías visto? ¿Fue un amigo? O sea, ¿cómo pasa? No, esa es una historia muy rara, muy rara porque yo participaba en olimpiadas matemáticas colombianas, en grupos juveniles, jugaba fútbol todas las tardes, era el de los mandados en la casa, iba a misa solo a los siete años, yo solo. O sea, una cosa atípica que la gente no asocia y dice, ¿cómo es posible que...? Pues sí. Y a mí, a los 12 años, me pasó una cosa muy rara y es que me da una enfermedad que hace que me tengan que operar la columna y me amarren durante un par de semanas inmóvil y después se enyesen gran parte de mi cuerpo por un año casi. Y cuando eso pasa yo pienso sentir un dolor en la espalda y me sale una joroba gigante y me operan y mi sensación es que uno se puede morir en cualquier momento o sea que uno está bien y al día siguiente puedes no estar y quedo inmóvil durante muchos meses y cuando a mí me quitan eso, yo quedo con la sensación de todo puede cambiar en cualquier momento. Usted tiene que vivir y exprimir la vida hasta el último gramo de sangre que haya. Pero eso con 12 años. Sí. Y entonces yo empiezo a experimentar de todo. Dije, pues, voy a beber y a rumbear y a hacer esto, porque usted se puede morir en cualquier momento. Y así duré como hasta los 18. Y ya estudiando Ingeniería Química, dije yo, oiga, esto como que me está afectando. Porque durante esos años, a los 13, a los 14, a los 15, pues me seguía viendo bien en el colegio, seguía jugando fútbol, seguía... O sea, no pasaba nada aparentemente. O sea, ¿se podría decir así un término como que eras un adicto funcional? Pero totalmente funcional, aparentemente, aparentemente. Cuando yo era de los 18 años, pierdo cálculo 1 y yo participaba en las olimpi las matemáticas colombianas y era el más duro y una vaina muy rara ya pues no me drogo más y al día siguiente volvía a drogar me como así listo no me drogo más y al día siguiente volvía a drogarme y no voy a buscar ayuda entonces voy a ir a un grupo de apoyo y a la semana otra vez drogado y Y no podía parar. Y cuando ya empiezas tú a estar dos noches y tres días sin dormir, consumiendo cocaína o consumiendo todas las semanas sin parar y viendo cosas que no deberías ver. Y estando en lugares que no deberías estar. Totalmente. Entonces digo yo, necesito hacer algo porque no puedo parar y ahí experimentar que lo que para mí era más importante que era la libertad estaba secuestrada y yo necesito pedir ayuda porque yo en medio de todo este corre corre a los 13 años era un chino que estudiaba en un colegio en esa época que tenía cierto nombre pero yo era punkero de cresta y boticas de policía pintaba mis camisas pero matemático fantástico y marihuanero cuando yo me doy cuenta que había un sector del punk que no iba con las drogas a diferencia de lo que mucha gente cree porque perder la libertad era lo más grave había un grupo de música punk en medellín todavía existe que se llama ira y tenía una canción que se llamaba adictos y hablaban de cómo la adicción te secuestraba. Entonces yo a los 14 años digo, esto va en contra de mí, voy a dejar de ser punkero para poderme seguir drogando. O sea, yo preferí dejar una filosofía de vida para seguirme drogando. Cuando a los 18 veo que no puedo, pues yo pido ayuda. Estoy en la universidad y encuentro un letrero que traía... ¿Eso fue en Medellín? ¿Tú te criaste en Medellín? No, en Bogotá, en la Nacional de Bogotá, en Nueva York. Y encuentro un letrero que traía 12 preguntas acerca de la adicción. Entonces la primera decía, ¿alguna vez ha intentado reducir su consumo y no ha podido? Y yo, ¿sí? ¿Alguna vez se ha propuesto dejar el apoyo? Y yo, ¿sí? Entonces ha podido? Y yo, sí. ¿Alguna vez se ha propuesto dejar el apoyo? Y yo, sí. Entonces yo contesto a las 12 que sí. Y abajo decía, si contestaste a más de cuatro, tienes un serio problema de adicción. Y yo, ya, Dios. Acude a este lugar. Entonces llegué a este lugar, que era el departamento de psiquiatría, y ahí me mandan a una unidad de salud mental en un hospital en el centro. Y yo llego allá y yo veo a la gente desnuda, con batas azules, caminando casi sin poderse mover. Y veo a la gente ahí y yo digo, no, no, un segundo, un segundo. O sea, yo sí me drogo mal, pero yo no estoy loco. ¿Cómo va a estar aquí? Y un montón de pepas y de pastillas, y yo las pruebo, y yo me sentía, pues para esa gracia sigo trabado. Logro salirme de ahí, sin que mis papás supieran además, yo tratando de solucionarlo por mi cuenta. Voy a hacer un paréntesis ahí, porque efectivamente todo lo que me has dicho es como que yo decidí, yo fui, yo hice, yo me di cuenta. O sea, en ese momento parecía que sí tenías a tu familia, pero no era como considerada una red de apoyo tal vez. No, yo creo que para ellos fue un tema muy difícil porque cuando tú tienes un hijo que no lo expulsan de los colegios, que todo el mundo dice que es brillante, que su IFEX es fenomenal, que salió matemático como el papá, que juega fútbol todas las tardes, que no dice groserías, que todo es sí señora, no señor, para ti es imposible pensar que tenga algunos problemas. Importante eso que estás diciendo. Y como yo mismo lo solucionaba, o creía que era mi responsabilidad solucionarlos, cuando yo empiezo a intentar todo esto y veo que no la logro, yo digo, me tocó entregarme, o sea, me tocó llamar y decirles, necesito ayuda. A tu familia. A mi familia. Entonces yo siento a mi papá y a mi mamá, les digo, necesito que se vengan para Bogotá. Ellos vivían en Cúcuta, yo soy cucuteño. Les digo, necesito que se vengan para Bogotá porque está pasando algo muy grave y necesito hablar con ustedes. Digo, no, pero cuente, yo no, tienen que venir hasta acá. Entonces, claro, al otro día estaban ahí. Entonces yo me siento con mi padre y le digo, pa, llevo 6, 7 años drogándome. No puedo parar me fumo 8 porros al día hace un buen tiempo y duro 3 días a la semana encerrado metiendo cocaína no puedo parar, entonces mi papá me miró y me dijo usted está inventando todo eso porque le está yendo mal en la universidad yo le dije, no de verdad de verdad estoy mal. Me dijo, pero es que usted me está hablando en serio, qué broma es esta. Y yo, pa, ¿eso en serio? Y yo me acuerdo mucho que el hombre se agarró la cabeza, se pegó contra la pared y empezó a escurrirse. No, sí, duro. Y se puso a llorar. Yo dije, uff. Yo quería abrir la ventana y botarme por la ventana. Fue muy fuerte, muy fuerte. Porque además era un hombre... ¿Lo pensaste de verdad? ¿Pensaste en botarte por la ventana? Claro, yo dije, uy, ¿qué es esto? ¿Qué hice? Porque además yo nunca lo había visto llorar. Y era un hombre que no lloraba. Y en esa época pues ningún hombre de esa edad lloraba tampoco. Y cero cariñoso, y cero. Y entonces el hombre me dijo, ¿y qué hacemos? Y yo le dije, no, pues, dígame qué hacemos. Sí, papá. Dígame qué hacemos. Y el papá me dice, no sé, dígame usted qué hay que hacer. Entonces yo le dije, lo primero es que necesito que me saque de acá. Porque me pusieron, como mucha gente que viene de provincias, que ahora en Bogotá, yo vivía en un apartamentico que ellos me habían puesto y me mandaban dinero semanal y yo había convertido ese apartamento en un centro de distribución, en una cosa grave, grave, grave, grave acá en Bogotá. Entonces le digo, lo primero que necesito es que me saquen de acá y que me saquen rápido porque tengo muchos problemas en toda esta zona y necesito que me saquen de acá y necesito eso. Y yo estoy yendo a unos grupos de apoyo que se llaman Narcóticos Anónimos. Yo ya llevo ahí yendo un mes. Y yo, ok, listo, va. Y efectivamente al día siguiente salí de ahí y seguí yendo a esos grupos de apoyo, pero yo pensé que haciendo eso todo estaba solucionado. Y resulta que pasan seis meses en donde con todo yendo a grupos no podía parar. Duraba 15 días y me caía, duraba tres semanas y me caía. ¿Te caías solo? Me da la atención esto. ¿Me caías solo o era a través de los amigos? No, no, no. No, el mal amigo era yo. A mí los amigos no me influían, yo era el que influía a los amigos. Muy interesante porque, perdóname que te diga, me siento sumamente identificado. Cuando yo consumía, el momento en el que yo dejé de consumir fue justamente porque estaba solo a las 11 de la mañana en la casa viendo me acuerdo está viendo hit la de pachini de nido con un montón de droga aquí en la mesa con una botella vodka y solo o sea además de todo solo que me llama poderosamente la atención y es que mucha gente piensa que la droga es muy social y que tiene que ver con la rumba y logro parar como cinco meses las drogas. Y el día del amor y la amistad tengo un tema ahí afectivo que ya ni me acuerdo qué fue, alguna buena excusa para recaerme. Y me pego una recaída y duro como un mes que no me doy cuenta qué horas pasa ese mes. Y me levanto y llamo a mis papás y les digo, necesito que me encierren porque no pude arreglar esto. Y para mí fue muy difícil porque cuando tú creces, siendo muy chiquito pero creyendo que eres capaz de todo, que todo lo puedes hacer, que nada te queda grande, que si te propones pasar en tal universidad o lograr esto, lo haces. Y yo era así, yo era un niño perfecto. Decir, no, no pude, me quedo grande, necesito que me encierren. Entonces alguien dijo, bueno, acá hay un sitio, dura como 45 días. Y yo le dije, no, no, no, ustedes no entienden. Me encierren como un año. O sea, eso no, me encierren como 45 días. Y yo le digo, no, no, no, ustedes no entienden. Entonces me cierren como un año. O sea, eso no. Me cierren como un año. Entonces terminan consiguiendo un sitio a donde me llevan y en donde, por suerte, no empeoré. Porque yo entro a un lugar, estoy ahí casi 10 meses, viviendo en una montaña, con otras personas, pero claro yo llego allá el primer día y me recibe alguien y la primera pregunta que me hace es bueno, ¿y usted cuántas veces ha estado en la cárcel? y yo ninguna, ¿cómo así, toca? yo pensé que estaba que era una broma, yo pensé que me estaba no, me lo decía en serio porque él había estado siete veces en la modelo entonces yo dije, ¿dónde estoy? me despierto al día siguiente, con veinte personas en una habitación, entro a las duchas y empiezo yo a ver a la gente, les faltaban dos dedos un ojo, todos llenos de puñaladas y yo dije, aquí me toca contra la pared, porque esto va a estar muy peligros esto va a estar muy peligroso. Va a estar muy peligroso. Y claro, estuve ahí 10 meses con asesinos, con gente muy delicada. Con gente muy delicada. Yo era el único que iba a estar en una universidad, por ejemplo. Después hubo otra gente, uno que otro. Pero yo creo que más del 10% difícilmente había pisado en una universidad por ejemplo después hubo otra gente uno que otro pero yo creo que el más del 10% difícilmente había pisado la universidad toda la gente que había estado en muchos lugares cuando mis padres van a la primera visita tres meses después y ven eso me dice vámonos ya y yo les digo no no yo me voy a quedar acá hasta el último día dice pero es que este no es el sitio para usted y yo le dije este es el sitio para mí este es el sitio para mí porque aquí aquí no tengo que aparentar nada aquí no importa si sé o no sé aquí no importa si soy muy inteligente o no aquí me respetan por quien soy Sé o no sé. Aquí no importa si soy muy inteligente o no. Aquí me respetan por quien soy. Acá no hay apariencias, no hay de qué colegio vienes, no hay de nada de eso. Sí, pero es que acá a veces duermen tres horas y los maltratan. Y yo sí, sí. Y cuando yo salga de acá, voy a abrir una clínica en donde no pase nada de esto. Porque no puede ser que para salir de las drogas uno tenga que vivir algo peor que las mismas drogas. Y me dijeron, listo, entonces quédese. ¿Cuántos años tenías ahí? Tenía 19. Y ahí decido estudiar psicología. Dije, voy a estudiar psicología porque no puede ser que para la depresión, para la ansiedad, para las drogas, porque allá había de todo, esta sea la forma. Y especialmente porque además allá adentro, que era un sitio de religiosos, hacían unas orgías, unas vainas torcidas que era un sitio de religiosos, hacían unas orgías, unas vainas torcidas, y yo empiezo a darme cuenta de eso. Y yo llamo a uno de los directivos y le digo, no me dé tan duro, porque si no yo voy a contar lo que aquí está pasando. No me dé tan duro, porque es que a veces te pones a trabajar, tú tenías que podar una cancha de fútbol con un machete, y uno que nunca había estado en el campo, pues esa vaina llena de ampollas era braquísimo, o cargar marranos, o trabajar pesado, trabajar pesado. o cargar marranos, o trabajar pesado, trabajar pesado. Y yo estaba siendo muy confrontador con la gente que estaba involucrada en ese circuito, porque no era que los frailes abusaran sexualmente de estas inocentes palomas. No, estos chinos se cogían a los frailes. O sea, no era que, no, no, no. Obvio que había uso de poder, claro que sí. Obvio que los frailes, mal. Por supuesto, pero no era que fuese una... No eran unas víctimas, unas pobres palomas. Y yo empecé a hablar con los chinos y a decirle, hermano, si usted está capaz de recuperarse, no tiene que cogerse al fraile. De frente. Yo siempre he sido muy frentero, muy frentero. Incluso, y en un contexto en donde era gente muy peligrosa de la religión. Como yo había cogido confianza allá adentro. La imagen de hermano, no se coja al fraile. Es la imagen de hermano, no se cojan frailes. Es un poco gráfico. Así era, así era el lenguaje. Y entonces yo salgo de allá, de ese sitio, y yo hago una carta denunciando todo. Y se lo mando a la directiva. Lo que yo no sabía es que la directiva era parte del cartel. Entonces esa carta, en donde yo cuento todo lo que pasaba allá adentro, le llegó al que dirigía la banda, Torcida. Al mes de salir explota el escándalo, porque se filtró por otros lados cosas y salen medios de comunicación, salen un programa que se llama Octavo Día a muchos de ellos los mandan para Brasil, para otro lugar los sacan del país a los frailes y se arma un escándalo tenaz y logra golpearse y acabarse eso un poco y yo cuando salgo de ahí yo digo y logra golpearse y acabarse eso un poco. Y yo, cuando salgo de ahí, yo digo, yo voy a dedicar mi vida a que la salud mental no sea a través de metodologías que empeoran la salud mental. Me voy a meter a estudiar psicología. Entonces le digo a mis papás, me devuelvo a Bogotá a estudiar psicología. Entonces le digo a mis papás, me devuelvo a Bogotá a estudiar psicología. Y mis papás me miran y me dicen, usted no se va para ningún lado, usted no vuelve a vivir solo nunca. Entonces les digo, ok, ahorro un año en silencio y al año les digo, me voy para Bogotá. Entonces me dicen, si se va para Bogotá no cuenta con nuestro apoyo, porque no vamos a exponernos otra vez. Y yo sé, yo sé. Yo sé y está bien, me voy por mi cuenta. Muchas gracias, voy a hacer lo mejor, llevo un año sin drogas, llevo dos años sin drogas, me voy. Y me vine a vivir una pieza en galerías, que me tocaba pagarla a mí, y a guerrearla y a trabajar de día y a estudiar de noche. Ya después se fueron ablandando y me mandaban una encomienda de enlatados de vez en cuando, de atún y lentejas. Y eso fue como lo que generó una fuerza interna muy poderosa a estudiar en profundidad todos los temas de salud mental y a estar generando siempre desarrollos, tecnologías, programas, empresas, dedicadas a eso, una experiencia personal tremenda, tremenda, tremenda. Espectacular. De la que me río hoy un jurgo, pero estuvo difícil. Sí, difícil. Claro, bueno, pero acuérdate que, como dice el dicho, la comedia es tragedia más tiempo, ¿no? Hoy no reímos, ¿no? Te quería preguntar algo que tenía en la mente. Entonces arrancas con todo esto y cuando empezamos a hablar, lo primero que dijiste, sin que yo te dijera nada, es que aceptaste la invitación porque es importante hablar de esto. Entonces te lo pregunto de frente como profesional. ¿Es importante hablar sobre la salud mental masculina? Mira, nos matamos varias veces más que las mujeres. De dos a tres veces más que las mujeres. Y eso es un tema fuerte. Y matamos a otros más veces que las mujeres. Y pedimos ayuda menos que las mujeres. Y nos metemos en ondas de crecimiento y desarrollo personal alegres, mira mis talleres 90% mujeres, 10% hombres, fácil y eso hace que uno diga bueno ¿cómo hacemos? y yo encontré una fórmula y es que estoy muy metido en el mundo empresarial y en el mundo de liderazgo porque cuando algunos se han reventado y han estado en la clínica de adicciones nuestra en el colectivo aquí ahora después salen y quieren cosas para sus empresas y así empezamos a desarrollar un trabajo grande con muchos líderes de muchos sectores. Perdóname, perdóname. O sea que, porque también es importante, siento que también hay, así como hay un estigma muy grande alrededor de la salud mental masculina, también lo hay con el tema de las adicciones. Y es que, ¿qué estás diciendo? Exactamente. Entonces me estás diciendo que una persona que tiene una empresa, que puede ser un CEO, o que tiene un estatus, digamos, económico, lo que sea, es adicto y va a buscar ayuda. Sí. O sea, porque la mayoría de gente piensa, claro, es que pues mira de dónde viene esa persona, o tuvo X o Y problema, y entonces, claro, por eso es adicto. O sea, también ayuda a desestigmatizar. No, totalmente. La gente no piensa, pero en el mundo del liderazgo, mejor dicho, con nosotros han estado desde políticos famosos hasta actores y cantantes famosos, gente que la gente ni se imagina, ni se imagina y está enganchada o tuvo un problema y lo resolvió y no habla de eso hoy en día. Hay algunos que ni me saludan. ¿Ah, sí? Sí, yo les pico el ojo nada más. Pero ellos saben, se pasaron por ahí. Entonces, claro, es un mundo... Pero qué lástima, ¿no? Qué lástima que no puedas... Además, si eres una personalidad, si eres una primera pública, qué lástima que no puedas abiertamente decir porque ayudas a muchas personas. Así es. Así es, pero todavía es un poco vergonzante. Y yo encontré que la forma de cumplir con mi propósito de ayudarle a la gente a que se conecte con su propósito, ese es mi propósito, que para llegar a los hombres había que llegar al mundo empresarial. Porque, por ejemplo, mi último libro, ahora te lo paso y te lo traje, se llama Los Siete Pecados del Líder. ¿Ese es tu libro número 26 o 27? El 27. El 27. Además de todo, 27 libros. Por aquello del aburrimiento. Perdóname, ¿se llama cómo? Los 7 pecados del líder. En los 7 pecados del líder, claro, cuando tú le hablas al líder de aquellos pecados que los alejan del cumplimiento de sus metas, económicas, sociales, los líderes dicen, uff, yo quiero trabajar ese pecado. Pero básicamente es salud emocional. Entonces, claro, hablamos del pecado de la complacencia. Pero debajo del pecado de la complacencia lo que hay son problemas de ansiedad y mucho miedo a ser desaprobado. Pero para mí como líder decir, no, es que tengo mucho miedo de ser desaprobado, o sea, lo aniquilan, lo acaban. O el pecado del perfeccionismo, que debajo hay mucho miedo a fracasar, a equivocarse, a errar. Entonces el líder dice, no, sí, mi defecto es que soy muy perfeccionista. Pero les gusta. Lo que no sabe es que le da arritmia cardíaca, el colon se le inflama, el bruxismo, y eso va a hacer que se enferme y no cumpla sus metas. Entonces, al cambiar el lenguaje y hablar en un lenguaje distinto, en un lenguaje empresarial, en un lenguaje de la vida, encontré que había una puerta muy poderosa en el mundo empresarial para llegarle a los hombres. Porque en nuestros programas en las escuelas, el 90% de los asistentes son mujeres, las mamás. Los hombres no. Pero cuando uno va a la empresa y el CEO te lo sienta y les toca escucharte, ya después de que los tienes ahí sentados, ya es la hora de uno lograr llegarles. que los tienes ahí sentados, ya es la hora de uno lograr llegarles. Pero yo estoy en muchos frentes buscando de qué manera le llego a la mayor cantidad de personas posibles. Y con los hombres teníamos esa deuda que ya estamos cubriendo. Y por eso este podcast yo dije si me invitaron, tengo que estar allá. Tengo que organizar los tiempos para estar allá. Espectacular. Oye, pero perdóname, me voy un poquito atrás porque tiene correlacionamiento con lo que estás diciendo ahora, pero ¿el adicto nace o se hace? El adicto se hace. Nadie nace adicto. Durante los 70 se creó una teoría muy loca que decía que la adicción era una enfermedad hereditaria, crónica, progresiva, irreversible, inmortal. No hubo evidencia empírica alguna que sostuviera eso. El adicto se hace. Hay elementos genéticos que te pueden hacer más susceptible a que te enganches al alcohol, por ejemplo, que es donde más evidencia científica hay. Y eso hace que tú puedas ser más sensible a eso. Pero esa no es la única variable. O sea, si eso fuera cierto, Colombia sería un país de alcohólicos, porque mire para atrás. Y en todas las familias hay una oveja negra, en otras hay rebaños con flechas. Pero si ser hijo de un alcohólico, un hijo de un alcohólico, te hiciera alcohólico, seríamos un país de alcohólicos. Entonces no es tan así, es un granito de arena. Pero lo que hace realmente que tú desarrolles una adicción es que tú construyes ciertas sensibilidades personales a partir del aprendizaje que tienes en la vida y las drogas te ayudan con esas sensibilidades y por eso te gustan. Mejor dicho, la razón por la que una persona prueba una droga y otra persona prueba la misma y a uno le gusta mucho y al otro no, el gustito está en la función que cumple esa droga. Si tú eres tímido, tienes una fobia social y nadie lo sabe, te cuesta relacionarte, te sudan las manos, te cuesta romper el hielo interpersonal y te tomas un anti-ansiolítico poderoso como el alcohol y se te para la sudadera de manos y ya no te pones rojo y ya no sudas y que te quita la pena, pues te enamoras del alcohol más fácil. Claro. Si tú, por ejemplo, tu cabeza no para de pensar, vives lleno de estrés, lleno de contracturas musculares, no puedes dormir y te fumas un porro y te mueres de la risa y puedes llegar tarde y puedes dormir, pues tal vez te guste más la marihuana que otras personas. Si tú te sientes cucarachita chiquita, pero ante el público te quieres mostrar grandioso y te metes una raya de cocaína y tienes media hora de soy el más del planeta, pues la cocaína quizás te guste un poquito más. Por eso hay mucha gente que consume drogas un tiempo y no se hace adicta y no se engancha y se levanta una mañana y dice, ya no consumo más y ya, sin rollo. Y hay otros que en tres meses se enganchan y no pueden parar. Hay gente que se engancha a una droga y no a otras. Hay gente que se engancha a todas y le toca hacer abstemio de todo. Luego, lo que hace que tú te enganches son las sensibilidades personales que tienes. Y por eso uno debe diseñar tratamientos personalizados para cada quien. Y entonces, viendo un poquito como a esa historia de este ponqueto, pero casi que niño geniecito, con ese entorno familiar sano realmente, pues sano por lo menos en apariencia, porque igual ya hemos dicho que tu papá chapaba la antigua, aquí no se llora, aquí se resuelve, lo que sea. ¿Cómo hace alguien que está viendo a una persona desmoronarse o deprimirse? desmoronarse o deprimirse, ¿cuáles podrían ser algunas herramientas que podría tener esa persona para ayudarlo a transitar un camino, bien sea de terapia o de sanación o de clínica, lo que sea? ¿Cómo le llegas a alguien? Yo creo que hay que usar varios caminos. Uno de ellos es que para nosotros es muy importante, varios caminos. Uno de ellos es que para nosotros es muy importante, no digo que para todos los hombres, pero digo que en general para los hombres es muy importante, los datos son importantes, nos gustan los datos, nos gustan las cifras, nos gustan las razones. No es tan fácil entrar a un hombre diciendo, levántese por la mañana y manifiéstelo. No es tan fácil. Algunos sí, algunos sí. Pero nos gustan más las estadísticas, nos gusta más el prestigio, nos gusta más aquello que pueda afectar nuestro éxito, aquello que pueda afectar nuestra imagen, nuestro bolsillo. Y creo que un camino es el racional, ese es uno. Pero nos gusta que eso vaya acompañado de amorcito, de amorcito, de cariñito, de te amamos un montón. No de crítica, no de descalificación, porque somos muy buenos para cerrarnos. Y me vas a criticar, pues no. Somos muy buenos para decir que no, si sentimos que nos van a criticar, si sentimos que nos van a descalificar. Necesitamos que la gente más importante y más cercana pueda hacernos sentir que somos valiosos. O sea, validadores. Validadores y que están preocupados legítimamente por nosotros. No nos gusta sentirnos llenos de culpa y acusados y juzgados, porque más bien nos cerramos. Y creo que eso hace que sea mucho más fácil que uno tome la decisión. Nos gusta mucho la privacidad. Entonces, proponerle, sé que quiero que vayas y te hagas ver por mi terapeuta. No, yo no quiero que me vea su terapeuta, yo quiero que me vea uno en donde yo pueda hablar mal de usted también, porque nos da mucha paranoia. Y ojo, no es una generalización, pero en mi experiencia, sobre todo con hombres exitosos estas cosas hacen que sea mucho más fácil que accedan a esto incluso a veces mucha gente accede a procesos con nosotros a través de, tú lo que necesitas es un proceso de coaching pues para que tengas un mejor desarrollo y puedas mirar estas cosas. Porque hoy en día todavía la palabra terapia, cada vez menos, la pandemia ayudó un montón, pero todavía la palabra terapia suena a usted está loco. Totalmente. Usted está loco, usted está enfermo. Claro, el tema es que si es un tema de salud mental, el coaching no le va a ayudar con eso. Pero si usted encuentra un experto en salud mental, y no importa que el otro venga y lo llame coaching, el asunto puede ser mucho más fácil en ciertos sectores. en donde uno puede compartirlo con otras personas y la gente se identifica y empieza a decir, oiga, como que sí, como que sí y se van aproximando a poder levantar la mano y pedir ayuda. ¿En tu experiencia existe la crisis de la mediana edad? Yo creo que existe, lo que pasa es que la mediana edad le llega a algunos a los 40 y otros a los 50. Entonces, dependiendo de la forma de vida, hay gente que a los 60 años siente que su vida ya se acabó, su mediana edad fue a los 30, pero hay gente que a los 50 se siente en la mitad de la vida. Hay otros que a los 50 sienten que ya van como bajando. Entonces, dependiendo de eso, yo creo que si hay un momento en donde tú dices, ok, ya conseguí todo lo que había que conseguir, casa, carro, beca, matrimonio, perro, tal, ¿y ahora de qué se trata esto? ¿O quiero reinventarme? O algunos viven el tema como, me estoy ya envejeciendo y yo siempre he sido gustoncito. Yo siempre he sido gustoncito,ito como irme a dar una vuelta paseo por ahí a despertar autoestima y empiezas a sentir que que necesitas otras cosas puede pasar puede pasar, también he conocido mucha gente que no sabe que es eso y que nunca le pasa nunca, nunca, nunca. Muchos de los comentarios que escriben, no muchos, pero sí varias veces, es como, eso es la crisis de la media edad o eso de la salud mental o eso es la depresión, eso es para gente con plata. Eso si usted tiene que levantarse todos los días a trabajar y a resolver y a pagar el fin de mes, eso no le pasa. Es decir, yo creo que si usted tiene que levantarse a trabajar, le pasa menos. Tiene ahí un recurso. Yo me acuerdo de una escena, fue muy dolorosa para mí, la cuento en una charla TED que hice de salud mental precisamente. Fue una escena muy famosa de una mujer que se lanza de un puente con su hijo, abrazado acá en Colombia. Y la gente rogando, y el niño diciéndole, ma, no, no. Y se lanza. Uf, muy fuerte, muy fuerte, muy fuerte. Sin escuchar razones, el policía ahí, en este puente famoso de suicidios que hay en Colombia, no era una mujer rica. Cero. Cero. O sea, cuando usted no tiene recursos económicos, usted es mucho más vulnerable a temas de salud mental, porque además no tiene dónde pedir ayuda. hable a temas de salud mental, porque además no tiene donde pedir ayuda. La buena psicoterapia sí es para ricos, y eso es muy doloroso. La buena psicoterapia es para gente de dinero, porque eso vale mucha plata. La otra gente, jugar fútbol en el parque, ir a donde el pastor A, donde el cura B, busca lidiar esto, los amigos, y a veces no es suficiente. Cuando tú estás abajo, el impacto de las drogas es más fuerte que cuando estás arriba. Porque arriba te gastas lo que te sobran las drogas y tu vida no se afecta. Abajo te gastas la plata de los pañales del niño, la plata del arriendo, te robas el televisor. Cuando estás abajo deprimido no te puedes quedar en la cama porque estás deprimido. Te toca levantarte y montarte en un bus tres horas para ir a trabajar donde los ricos. Porque si no, tu hijo no puede comer y dejarlo solo encerrado en la casa. Pero sigues estando deprimido. Sigues estando deprimido y muy estresado. Entonces no es cierto, no es cierto que la gente de escasos recursos no se deprime. La salud mental abajo es muchísimo más grave que arriba. La salud mental abajo es muchísimo más grave que arriba. Una de las cosas que estamos tratando de hacer con... Bueno, yo tengo un aliado, digamos que es Celia, que también es una plataforma digital para el cuidado de la salud mental. Y se trata de hacer lo más accesible y asequible posible, pero también tratamos de encontrar grupos a los que podamos de alguna forma donarle esa terapia si definitivamente no se puede. Lo que pasa es que a veces es difícil cuando se tiene esa preconcepción, no, pues esto no es para la gente de bajos recursos, punto. ¿Qué herramientas le podríamos dar a las personas? Me estás diciendo levantarse, por ejemplo, para mí es clave el baño a agua fría, el ejercicio. O sea, hay cosas que no necesariamente tiene que ser contratar al terapeuta o tener acceso a esa psicoterapia. Si tuviéramos que hacer como un pequeño manual, ¿cuál es para ti en lo personal? ¿Cuáles son esas herramientas que te sirven a ti? Pues mira, una experiencia que hemos tenido nosotros creando cosas de ese estilo viene de nosotros lamentablemente somos inaccesibles. O sea, nuestra plataforma de salud mental es para un grupo selecto de la población latinoamericana. Nuestras clínicas son impagables para la mayoría de la población. Pero somos conscientes de cómo abajo es inaccesible. Incluso en clase media es inaccesible a una buena psicoterapia. Hablar con un psicólogo de pronto, pero es que los psicólogos no necesariamente son psicoterapeutas. Un psicólogo necesita tener una maestría en psicología clínica, por ejemplo. Para ser psicoterapeuta. Claro. O tener entrenamiento cualificado. Y eso vale millones. Millones. Entonces, no es fácil tener mano de obra supercalificada para poder resolver algunos temas. Entonces, el grueso de la sociedad no puede. Nosotros hace años tomamos varias decisiones. Una de ellas es que nosotros, por ejemplo, publicamos todo, todo. Si alguien quiere saber cómo funciona nuestro tratamiento de adicciones, puede ir por el libro, donde aparece paso a paso cómo se hace todo y llevárselo. Y si alguien quiere montar muchas de esas cosas en su barrio, en su pueblo, hágale, sin problema. Si alguien quiere nuestro manual de prevención de recaídas y utilizarlo con sus pacientes en ese lugar de escasos recursos, ahí está si alguien quiere el manual de motivación para el cambio ahí está, esa es una cosa que hacemos otra cosa que hacemos es generar mucho contenido gratuito, para que la gente aprenda cosas por ejemplo, si tú reduces al máximo azúcar y ultra procesados tu biota intestinal puede funcionar mejor y el eje intestino cerebro hace que un porcentaje de depresión estrés y ansiedad mejore o no seas tan susceptible a ello si le agregas ejercicio cardiovascular haces que otro porcentaje mejore. Si dedicas 10 minuticos de meditación diaria, que lo puedes buscar en YouTube gratis, haces que otro porcentaje de eso mejore. Uno se puede quitar la mitad de estos temas haciendo esas tres cosas. Meditación, ejercicio y una alimentación. Pero la gente no lo sabe. Entonces necesitamos que la gente lo sepa. Y nosotros hacemos mucho material dedicado a eso. Para que la gente pueda acceder a ese tipo de cosas. ¿Alguna vez en tu vida, después de salir de de los frailes, tuviste alguna recaída? Nunca. Nunca. Nunca. Hasta ahí. Nunca. Hace 28 años, tal vez. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Porque además, cuando yo dejo de drogarme, descubro muchas cosas que no sabía. Como yo voy a este sitio y allá habían dos psicólogos pa' 50, o sea, uno tenía una terapia quién sabe cuándo, el resto era trabajo forzoso, yo allá no hago cambios profundos. Hago cambios en mi filosofía de vida, pero no profundos. Cuando yo salgo de allá y yo empiezo a preguntarme por qué mi afición por las drogas. Ahí encuentro cosas tremendas. Y me doy cuenta de que había sido un niño con una fobia social que nadie detectó. Yo me la pasaba metido en los libros porque me daba miedo hablar a la gente. Entonces me sentía más cómodo en los libros. Y me daba miedo hablar en público. Y me sudaba en las manos. Por eso cuando a los 12 años yo tomo aguardiente y yo digo, ¿qué es este elixir sagrado? ¿Qué es esta vaina? Por eso me enganché con mucha fuerza. Y mi problema de ansiedad también hacía que mi cabeza no parara y cuando yo fumaba marihuana podía no prestarme atención a mí mismo entonces me encantó la marihuana y con una autoestima tan pobre y tan débil me sentía tan chiquito que cuando pruebo la cocaína yo digo ¡wow! esto es lo máximo y cuando yo dejo las drogas y miro hacia atrás y ya estudiando psicología digo no, ya entiendo mis papás que iban a saber que eso era una fobia social. Ellos pensaban que yo era muy prudente. No, no era prudente, era muy tímido. Muy, muy tímido. obsesivo, con mucho miedo a equivocarme y que por eso dormía tres, cuatro horas trabajando y estudiando, cuando la gente veía, wow, qué tipo tan exitoso, tiene veintipico de años y ya tiene todo esto. Pero la gente no sabía que detrás de eso lo que había era una locura. Y cuando yo descubro eso, me doy cuenta que debajo de temas que se ven muy feos, como las adicciones, como las autolesiones, lo que hay son temas de salud mental invisibles que están en la sociedad. La salud mental se hace visible cuando usted está a punto de botarse del balcón, o cuando usted no para de llorar, o cuando usted está encerrado en su cuarto y no sale y la gente dice, uy, le pasa algo raro a ella. encerrado en su cuarto y no sale y la gente dice le pasa algo raro a ella ¿no? pero cuando eso es visible, seguramente han pasado años de cosas hay mucha gente que tiene el colon inflamado y piensa, es que todo me cae mal, si el factor común es usted o sea, toda la comida me cae mal, ¿quién es el factor común? pues usted, o la gente dice, no, tengo bruxismo, me duele esto y me levanto así apretado y ya he partido cuatro placas anti bruxismo. ¿Y qué va a hacer? Comprar otra placa. No jodas. Otra placa de bruxismo. O sea, es como si usted llega a su casa y encuentra a su hija de 14 años teniendo sexo con el novio en el sillón y entonces usted dice, ah, pues vendamos el sillón. La misma lógica de la placa anti bruxismo oxismo. O del colon inflamado, o de las contracturas musculares. Porque la salud mental no la ve uno como salida. La ve uno como problema. Repitamos eso. La salud mental no la ve uno como salida, sino como problema. Cuando usted tiene una arritmia cardíaca, usted dice, tengo que ir al cardiólogo. Esto no es porque yo sea ansioso si acaso estresado porque el estrés es para machos berracos que trabajan mucho pero la ansiosos con las huevas yo tengo una rima de carga que voy al cardiólogo y que me metas de alguna vaina me mate esas células nerviosas locas no que me quite la locura obsesiva que es la que hace que yo viva tan estresado cuando usted tiene el colon inflamado, usted no dice, ay, es que yo soy ansioso, es que todo me cae mal porque la comida de hoy es terrible. Entonces, cuando usted suda mucho, ay no, pues que me estrangulen las glándulas estas, que me las quiten porque yo sudo mucho. No es porque tenga ansiedad. Claro. No buscamos la raíz. No. Simplemente el síntoma, cubrimos el síntoma y dale. Y ya. Y pa'lante. ¿Podría haber una forma en la que los gobiernos estén más estuvieran más dispuestos a dar la importancia que requiere la salud mental? ¿Crees que hay alguna forma, alguna legislación? Pues yo creo que sí. y cada vez hacemos más cosas. Cada vez hay más temas de salud mental, cada vez hay más políticas. El asunto es que cuando usted en el presupuesto tiene que decidir entre comprar unas vacunas o esto, se va a ir por las vacunas. No es tan fácil. Y la salud mental en muchos países, incluyendo el nuestro, el presupuesto de salud de salud mental difícilmente va a superar el 2%. Son bien pequeñitos, porque todavía es visto como una cosa para los locos. Pero está cambiando. Vamos lento, pero está cambiando vamos lento pero está cambiando y ya para dejarte ir a tus múltiples ocupaciones y a que escribas más libros y te reúnas con más gente y ayudes a más gente ¿los hombres si lloramos? oh los hombres los hombres lloramos a veces a escondidas. O cuando tienes el privilegio de contar con alguien al lado que ante su mirada puede ser vulnerable. Pero si tú estás al lado de alguien que ante su mirada no puedes caerte, entonces va a ser muy difícil. Yo creo que solamente lloramos los hombres que hemos renunciado a la posibilidad de ser dioses. Mientras tanto, vamos a tratar de morir de pie, y nos morimos bien rápido cuando nos lloramos. Gracias. A ti, Juan. Muchas gracias por este espacio. Chévere. Si te sientes abrumado o perdido en tu camino hacia el bienestar emocional, o simplemente quieres trabajar en ti, en alcanzar tu mejor versión, tranquilo, no estás solo. 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